martes, abril 02, 2013

DOMINGO DE RESURRECCION.


El canto del aleluya inunda la Catedral


Los pasos de la Virgen y Jesús procesionan hasta el altar y el obispo, Javier Salinas, anima a los fieles a celebrar la alegría de la vida amando, perdonando y superando el sufrimiento


raquel galán palma El encuentro entre las figuras de la Virgen María y su hijo Jesús Resucitado se celebró ayer en la Catedral con el aleluya, un canto que comenzó cuando las tallas llevadas a costal quedaron una frente a la otra en el altar y que fue repetido por el coro durante la eucaristía. El primer cántico fue de glorificación al padre y, tras la lectura de los hechos de los Apóstoles, se dio paso al bello cántico de alegría de una solista y la coral, que dieron gracias al Señor por su misericordia. Hubo más lecturas y más cantos del aleluya antes de que el obispo, Javier Salinas, se pusiese en pie para proceder a quitarse la mitra e iniciar su homilía, la primera que pronuncia el Domingo de Pascua tras su toma de posesión como prelado de la diócesis de Mallorca.

Lo hizo con gran entusiasmo, en castellano y catalán, y animó a la multitud de feligreses que ayer abarrotaban la Catedral a que celebren la alegría de vivir, "porque la muerte no tiene la última palabra, es la vida". Y puso como ejemplo a seguir a Jesús resucitado, que "ha dado motivos para amar, perdonar y superar el sufrimiento", según sus palabras. En la misma línea, recordó que "todos experimentamos tantas veces la oscuridad y la muerte, pero Jesús brilla y manifiesta la buenanueva". La homilía, que duró diez minutos, también se centró en la importancia de la fe debido a que "no reduce al hombre a la materia, lo económico y los intereses mezquinos, sino que nos lleva a buscar lo mejor y ello fructificará".

Tras finalizar, se dirigió a la nave central de la Catedral para bendecir a los feligreses y la misa continuó hasta pasadas las 11.30 horas. Poco después se celebró otra eucaristía a la que asistieron la Reina y los Príncipes.

La procesión
La procesión del Encuentro se inició a las 10.30 horas, cuando los canónigos de la Catedral, con el obispo cerrando la comitiva, se dirigieron de la capilla Vermella al principio de una de las naves laterales, donde estaba la figura de Jesús resucitado. En la otra se encontraba el paso de la Virgen María y ambas imágenes fueron llevadas por costaleros, como es tradición. Sin embargo, a la talla de Cristo le precedía la comitiva catedralicia, con el portador del incensario delante. Los pasos avanzaron hacia el altar mayor de la Seu mientras las vidrieras de los rosetones coloreaban las columnatas góticas del templo. Una vez frente a frente, fueron colocados en el altar, la Virgen rodeada de velas y Jesús junto al Cirio Pascual, que es encendido la noche anterior. Pese a que esta pequeña procesión dura muy poco, quienes quisieron verla bien tuvieron que hacer cola.
DIARIO DE MALLORCA.

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